Nº 9 Objeto productivo/Reclutamiento mortífero
Contenidos
¿El «me gusta» del saber virtual es un “objeto actual”?, Gleuza Salomon
Go pills: píldoras para la productividad, José Ramón Ubieto
El búnker ha sido atacado, Felicidad Hernández
Jóvenes abrazando a la muerte, Antonio de la Cueva Delgado
Edición para imprimir Nº 9 Objeto productivo
¿El «me gusta» del saber virtual es un “objeto actual”?
Gleuza Salomon
El studium es un campo muy extenso del deseo indolente, del interés diversificado, del gusto inconsecuente: me gusta/no me gusta, I like / I don’t. El studium es del orden del to like, y no del to love; moviliza un medio-deseo, un medio querer; es el mismo tipo de interés vago, uniforme, irresponsable, que tenemos por personas, espectáculos, ropas, libros que consideramos “distintos».
Roland Barthes
La extensión del campo virtual se potencia con el sujeto moderno a través del «objeto actual”, descrito por Jacques-Alain Miller en su discurso de abril último. Este “objeto actual” ofrece al sujeto una multiplicidad de opciones que le causa una “duda infinita”. Tal incidencia del mundo virtual provoca un cambio radical en la adquisición del saber para un sujeto. Diferente del saber que sería adquirido pasando por el deseo del Otro, y que para ello necesita establecer una estrategia pasando por una erotización, la del amor al saber. Sin embargo hoy, el acceso al saber es auto-erótico. En este contexto el cuerpo es el Otro que se encuentra sometido al goce autista del “objeto actual”, y que le permite acceder al saber por una vía directa que encuentra en la “nube” del mundo virtual.
En la ultima enseñanza, Lacan elucida esta constatación de la actualidad, cuando el imaginario se incluye en lo simbólico. Este aplastamiento es del semblante, y surge una repugnancia a lo real, aquí lo real es resto. Como dice Miller, vivimos en una época que niega lo real de forma consentida. Como consecuencia de este “Imperio de Imágenes”, las máquinas, las telas, las páginas acaban siendo intermediarias en todas las relaciones humanas y hacen que lo real se cierre. Encontramos en el libro “La cámara clara”, de Roland Barthes: Una regla estructural de su propia mirada. La dialéctica entre el studium, el campo del interés diversificado y el punctum, que es lo que provoca un corte en la foto y que hiere aquel que la mira. Mónica Torres, en su presentación del 7º Enapol, considera que el goce iterativo de la imagen no permite la dialéctica entre el studium y el punctum. Lo que nos indica, como acabamos de ver, un acceso directo a la adquisición del saber, justamente cuando ésta ocurre por la incidencia de lo digital, no permitiendo al sujeto salir del goce de la imagen. Como Barthes define, el cuerpo goza del saber por la vía de la imagen unaria, y que Lacan elucida como el mandado del goce: Goza. El significante maestro del goce que causa la interacción del síntoma, y que ocurre por el modo auto-erótico del saber.
Curiosamente, este campo del studium, que describe Barthes, y del que realicé la epígrafe en este texto, podríamos considerar que hoy, nos es accesible el studium bartheniano como una materialidad en el mundo virtual, principalmente por los aplicativos como twitter o facebook y por herramientas como el Like. Sería el Like un tipo de “objeto actual”?
En esta cita de Barthes, el studium no incluye el “to love”, no accede al amor, específicamente, al amor por el saber como supuesto de la transferencia analítica. Este no se hace presente en lo virtual, para eso es necesaria la presencia del analista, y sólo un análisis presencial podrá establecer un lugar para el cuerpo hablante. El supuesto «análisis virtual” es auto-erótico y no permite la conexión con el Otro, produciendo un cortocircuito con el lazo social que posibilitaría el establecimiento de la transferencia analítica por la vía del cuerpo hablante que sustentaría el supuesto amor por el saber. ¿Hay otra vía de la transferencia que permite conectar el cuerpo hablante al deseo del analista? ¿Tendría el deseo del analista esta función de captar el cuerpo hablante* del goce auto-erótico de la adquisición del saber?
*Miller, J.-A. El cuerpo hablante, con sus dos goces, goce de la palabra y goce del cuerpo, el uno que conduce al escabel, el otro que sostiene el sinthome.
Go pills: píldoras para la productividad
José Ramón Ubieto
Cuántos de los consumidores infantiles de psicoestimulantes se convierten en jóvenes adictos no está claro pero la oferta ha aumentado considerablemente. Cerca de 2,6 millones de adultos estadounidenses recibieron medicamentos para el TDAH en 2012, lo que supone un aumento del 53 por ciento en sólo cuatro años. El uso entre adultos de 26 a 34 años casi se duplicó.
Algunos abogados relatan como ellos y decenas de colegas jóvenes en sus empresas habían negociado consumir las pastillas para trabajar en la noche y facturar así cientos de horas extras al año, doblando su productividad y emocionado a sus jefes y clientes incondicionales. Luego, claro, vino la baja por taquicardia, sudoración profusa y ansiedad aguda debido a la pérdida de sueño, amén de divorcios y finalmente perdida de su trabajo e ingreso seis semanas en un centro de tratamiento de drogas.
Si los estadounidenses adoran la productividad laboral y cogen menos vacaciones que en cualquier otro país occidental ¿Por qué no añadir medicamentos para energizarse? Para eso está la neurología cosmética y el uso de neurotecnologías, para mejorar la función del cerebro de las personas sanas.
Hace unos años Adderall fue promocionado como una «píldora inteligente» pero después de muchas investigaciones mostró poca o ninguna mejoría en la cognición. Adderall está ganandose ahora una reputación como una «píldora de la productividad.» Su consumo original proviene de los pilotos militares que utilizan «go pills» (generalmente con las anfetaminas similares al Adderall) para mantener la concentración y el estado de alerta en misiones largas. Esa misma lógica se traslada ahora a la productividad laboral, la guerra de cada día en la jungla capitalista. ¿Quién es el guapo que renuncia a ese estímulo si todo su entorno lo usa?
Otro dato nos alerta sobre este uso generalizado de los psicoestimulantes como muleta para soportar el malestar en la civilización hipermoderna. Ya en su origen las anfetaminas se utilizaron como medicamentos de control de la obesidad. De hecho la Ritalina, cuyo nombre procede de la mujer, Rita, de su inventor tuvo ese uso. Ahora volvemos a los orígenes y la compañía Shire, principal fabricante de psicoestimulantes (Adderall) recibió la aprobación para utilizar Vyvanse, una anfetamina ampliamente prescrita hasta ahora para el tratamiento de la hiperactividad, para el nuevo Trastorno por atracones (BED) establecido en el DSM 5 desde hace dos año.[1]
Las ventas de Vyvanse aumentaron un 17 por ciento y estos datos no diferencian entre Vyvanse utilizado para el TDAH y trastorno por atracón (BED), pero las prescripciones para los adultos entre las cinco y seis semanas desde que salió al mercado subieron un 3 por ciento.
Esa misma lógica del ideal de funcionamiento superyoico, cuyo reverso Gustavo Dessal nos lo recordaba en estas mismas páginas[2], se aplica al deporte profesional o al llamado DSH (deseo sexual hipoactivo) que afectaría a muchas mujeres y para las cuales ya existe la receta: la flibanserina. Receta con un balance riesgo/beneficio poco favorable habida cuenta de los efectos secundarios que implica tomar un medicamento todos los días para alcanzar un promedio de 0,7 relaciones sexuales satisfactorias adicionales más por mes[3].
El circuito productivo, como el pulsional, parece cerrarse en sí mismo ignorando el vacío que lo constituye.
[1] “Workers Seeking Productivity in a Pill Are Abusing A.D.H.D. Drugs”. New York Times, April 18, 2015. http://www.nytimes.com/2015/04/19/us/workers-seeking-productivity-in-a-pill-are-abusing-adhd-drugs.html
[2] Gustavo Dessal. “El regreso de la palabra (o los chicos de Silicon Valley también lloran)” Meteoro nº 4. http://meteoro.elp.org.es/meteoro-no-3/
[3] http://www.forbes.com/sites/davidkroll/2015/06/04/more-complicated-than-pink-viagra-what-you-should-know-about-flibanserin-addyi/
El búnker ha sido atacado
Felicidad Hernández
¡Lo real nos alcanzó! Ha cruzado nuestras fronteras.
La pulsión de muerte en “estado puro” nos ha estallado en el corazón de Europa.
¡Es la guerra! Gritan unos. ¡Respondamos con flores! Rezan otros. ¡Tenemos el champán! Reivindican algunos.
¿Bombas, flores, champán?
El horror al descubrir que nuestro búnker no es impenetrable. No estamos a salvo.
No supimos leer lo que nos gritaba el cuerpo muerto de un niño escupido por el dios Saturno a nuestras costas.
El odio, la rabia, el dolor, son respuestas inevitables pero inútiles. No hay manera de esconderse de lo real.
Sólo hay un refugio posible: el discurso analítico, que humaniza lo más inhumano que hay en cada uno de nosotros. Sabiendo que dicho refugio no es un búnker para escondernos, sino un “centro de operaciones” desde el que elaborar estrategias para contraatacar. Sin optimismos, no es posible. Pero sin rendición, es nuestra arma.
Desde los políticos… no están a la altura de nuestros tiempos.
Jóvenes abrazando a la muerte
Antonio de la Cueva Delgado
A raíz de este nuevo atentado, esta vez en la ciudad de la luz, se ciernen las tinieblas alrededor de lo que está pasando en el mundo contemporáneo, en este imposible continuo de hacer con lo más mortífero que anida en el corazón de la vida.
Una y otra vez escuchamos a través de las noticias, jóvenes que se integran al movimiento yihadista, no de una forma aislada sino que parece ser un fenómeno que se expande desde diversos puntos del mundo, no sólo Europa, sino que en Estados Unidos e incluso Australia, se están dando casos de jóvenes mujeres que quieren casarse con yihadistas o chicos jóvenes que quieren convertirse en guerreros de una causa. Por supuesto, hacer extensible, generalizable este hecho a todos los jóvenes sería una irresponsabilidad. Ahora bien, por qué son jóvenes los que aumentan las filas del movimiento yihadista, es algo que todos nos preguntamos, quizás como un síntoma social, que está haciendo eclosión en los más jóvenes.
En todo este fenómeno actual, la pantalla del ordenador es la puerta al mundo digital, dónde las redes sociales, alcahuetas cibernautas, van reclutando a jóvenes que parecen abrazar la muerte, especialmente a través de Twitter, Ask.fm y los blogs como el Umm Layz, que bajo la nominación: “diario de una muhajirah (migrante o peregrina”), es un lugar dónde las adolescentes pueden compartir experiencias de otras chicas casadas con yihadistas, y recibir consejos o aprovechar el portal de citas. De hecho, parece ser que el 90% de los jóvenes adquieren la ideología yihadista a través de internet.
Lo singular de todo esto, es que el acceso a esta vía militante se lleva a cabo mediante un proceso de autoconvicción, dónde las formas clásicas de captación (amigos, imanes, padres…) no intervienen, desde que la ventana virtual invadió la habitación del niño sin el saber del adulto. Queda claro que internet y las redes sociales son un instrumento de radicalización política e identitaria, dónde curiosamente se han incorporado toda una serie de referentes visuales y estéticos más propios de la cultura de los videojuegos y los relatos fantásticos.
¿Por qué son jóvenes los que se incorporan al yihadismo ?, ¿A qué se debe esta radicalización de estos jóvenes? ¿Por qué se suman a esta causa del autoproclamado califa Abu Baker al Baghdadi? ¿Cuál es este sueño inconcebible de ser novia o un guerrero por no decir un jinete del Apocalipsis?
A estas preguntas, que se hacen eco en los diversos medios de información, nosotros los psicoanalistas, nos la hacemos de otra manera, ¿ Qué es, de hecho, de la adolescencia en la época del otro que no existe?, ¿Cómo los adolescentes de hoy gobiernan el encuentro con el real del sexo y de la muerte?.
Actualmente ningún joven se radicaliza leyendo el Corán, en todo caso, puede que sea más factible jugando a un videojuego bélico, cuyo principal trofeo sea decapitar al contrario. No se trata de la idea que tenían los servicios de inteligencia de los llamados lobos solitarios, una especie de terrorista frío y calculador, como un héroe fílmico. Es al contrario, como refieren los autores de la reciente publicación del libro titulado “Objetivo: Califato Universal”, cuando un converso entra en el círculo yihadista radical ve terminarse la soledad en que vivía como anodino occidental. Es por ello, que la violencia puede despertar de golpe a estos jóvenes de su ficción, o quizás pueda hundirles aún más en ella. La cuestión es por qué estos jóvenes desean convertirse en héroes y dejar de ser unos perdedores.
Las explicaciones pueden ser múltiples, y muchas de ellas, las estamos escuchando en diversos medios de comunicación. Se habla de jóvenes de segunda y tercera generación, aunque también se habla de jóvenes de quinta generación, que no se han integrado en el país, influido también por un entorno de marginación y desempleo. También se habla de la equivocación de las políticas de integración. Otros medios apelan a razones individuales de búsqueda de identidad propia, heroísmo, rasgos psicopáticos, afán de protagonismo, etc.
En realidad, las razones sociales y psicológicas como hemos dicho pueden ser muchas y variadas. Incluso podríamos concluir que es el efecto devastador del capitalismo canalla, que no tiene en cuenta la singularidad del sujeto, y propone un individualismo, donde el sujeto queda inerte ante un goce solitario y desmedido, que proporcionan los múltiples objetos gadgets al uso existentes; entre ellos el móvil, la pantalla más ágil e inmediata al mundo virtual, por dónde precisamente se pueden captar adeptos, así como conseguir información para que la voz del amo de la muerte, inicie su último acto sin falla, como hemos sabido a través de los medios de comunicación, sobre estos últimos atentados.
Lo cierto es que la base simbólica común que fundamenta nuestra existencia colectiva es frágil en nuestra modernidad en la que el saber que el otro transmite no está en el mismo lugar.
Es cierto que el nudo de la adolescencia contemporánea en este declive progresivo en la función paterna en nuestra civilización actual, respecto a la operación de prohibición y vigilancia, es difícil sin el papel estructurante del Nombre del Padre sobre la función de la orientación del Ideal del yo y sobre su acción de regulación humanizante del goce.
En todo esto, el sujeto adolescente o el joven no encuentra respuesta, o la respuesta puede pasar por abrazar una ideología, que entiende la violencia como elemento esencial de la doctrina, que proporciona la argamasa necesaria para la conversión y la configuración de una nueva identidad, sin atender a la ética y a la propia espiritualidad islámica. Una ideología que como dice Graeme Wood mantiene un compromiso sincero y meditado, retrocediendo la civilización actual al siglo VII y queriendo culminar con la llegada del Apocalipsis. Todo ello, no desde unos enloquecidos que quieren manipular la tradición medieval para justificar la esclavitud, la crucifixión y las decapitaciones”, como dice Haykel; sino soldados que “se sitúan en el corazón de la tradición medieval y la aplican sin fisuras en el presente”.
Al hilo de todo esto, me sorprendió la intervención de J.-Alain Miller en marzo de este año en la clausura de las 3ª Jornadas del Instituto del Niño “Interpretar al Niño”, dónde desarrolló una ponencia con el título “En dirección hacia la Adolescencia”, que creo que es importante por las vías que nos abre alrededor de lo nuevo sobre la adolescencia y más específicamente sobre el fenómeno Islamista y el impacto que está teniendo sobre jóvenes adolescentes, especialmente en mujeres, que están integrándose en el reciente creado Estado Islámico, y que extrayendo alguna de sus ideas, van en relación al problema actual de los adolescentes respecto a la relación con el cuerpo del Otro, dónde Lacan en sus escritos dice que el deseo del Otro determina las identificaciones, pero que éstas no se satisfacen en la pulsión. Sin embargo, J.A. Miller se interroga si no sería posible una nueva alianza entre la identificación y la pulsión, dónde lo que se suscita es la voluntad de muerte inscripta en el Otro, por lo que tenemos que decir que está al servicio de la pulsión de muerte.
Entre otras cuestiones, también hacía una diferencia entre el cristianismo, que como decía Lacan conduce al narcisismo supremo de la Causa perdida. Sin embargo, en el Islamismo, nos encontramos con el narcisismo de la causa triunfante, dónde ya no se trata de la fascinación por la causa pérdida. Así no es de extrañar que aparezcan jóvenes como Abdel-Majed Abdel Bary, del oeste de Londres, que publicó una macabra foto con una cabeza decapitada en la que escribió: «Momento distendido con mi colega, o lo que queda de él».
Todo ello, me hace pensar en esta adolescencia dilatada o hecha extensible, pues ya no existen esas balizas por las que los jóvenes podían entrar en el mundo adulto. Nos hace interrogarnos acerca de que versión del padre sostienen estos adolescentes para posibilitar el despertar no al estilo de la pesadilla sino a un despertar ensoñado; que pueda posibilitar el pasaje de un intento de educar la pulsión vía repetición, es decir, de educar al deseo, a ser educados por el deseo.
La adecuación de los adolescentes a las nuevas lógicas de pensamientos, espacios, tiempos, afectos, actividades, identificaciones, necesita de una función introductoria, que es sostenida por ciertas producciones fantasmáticas. Sin embargo, algo de esa carencia o digamos la posible realización de los fantasmas, en ese todo es posible, se juega hoy día en el exterior. Y mira por dónde aparece un movimiento, que plantea una respuesta no sólo al despertar o al cómo hacer de esta no relación sexual posible; sino también al cómo hacer al despertar de la pulsión de muerte. Y es aquí dónde nos encontramos nuevamente, como dice Miquel Bassols, con un “modo de morir” que nada tiene que ver con el que la mentalidad occidental ha alimentado durante siglos para dar un sentido a lo real de la muerte”. Aquí no se trata efectivamente, en pensar acerca de la muerte para sustraernos de ella; sino efectivamente en el narcisismo triunfante de la misma, dónde la inmortalidad se vuelve compatible con la sexualidad. Y es ahí como dice Miquel Bassols “el yihadista gana de entrada, porque este pasaje al Otro lado es para él un privilegio y un placer”.
Me gustaría ir concluyendo recordando las ideas de Freud, que ocupándose de las tramitaciones de la pulsión de muerte dirigida al mundo exterior o al propio yo, dice en 1915 que es hora de que cambiemos el viejo apotegma, que afirma “si quieres la paz, prepárate para la guerra”, por otro, que debería decir: “Si quieres la paz, prepárate para la muerte”. Porque solo si renunciamos a la inmortalidad y nos preparamos para la muerte, es que podemos resignar la violencia.
BIBLIOGRAFÍA
– Miller, Jacques Alain. “En dirección a la Adolescencia”. Intervención clausura de la 3ª Jornada del Institu de lÈnfant “Interpretar al niño”. Palacio de Congresos de Issy-Les Moulineaux, 21 marzo 2015.
– Bassols, Miquel. Blog Crisis. ”Batalla final”, 15 noviembre 2015.
–Belcaguy Mabel N., Gómez Juliana y Menis Alejandra. “Las Metamorfosis de la Pubertad y el Despertar de la Primavera”. Psicología evolutiva Adolescencia. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires.
– Freud, S.: (1905) “Las metamorfosis de la pubertad”, en Tres ensayos de teoría sexual, en Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, vol.24, 1975.
– Freud S.: (1915) “De guerra y muerte. Temas de actualidad”, en Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, pag. 301. vol.14, 1975.
– Graeme Wood: “Estado Islámico, crónica del Horror”. Diario digital del País semanal, 6 mayo 2015.
– Lacan, Jacques. El despertar de la primavera, en Intervenciones y textos 2, Bs. As., Editorial Manantial, 2001.
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– Martín Aduriz, Fernando (Compilador), Adolescencias por venir, Editorial Gredos-ELP, Madrid, 2012.
– Martín de Pozuelo, Bordas Jordi y Eduard Ytizhak. “Objetivo: Califato Universal”. Editorial Librosdevanguardia, octubre 2015.
– Moreira, Diego. “Capitulo: “La adolescencia, entre la pesadilla y el sueño”. La redistribución del goce en la niñez y adolescencia. – 1a ed. – Buenos Aires: UCES – Editorial de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, 2012.
– Velázquez Romo, Alejandro. “El despertar de la primavera y el psicoanálisis”. Ensayo para la obtención del Certificado de Estudios Clínicos del Instituto del Campo Freudiano. Sección Clínica de Barcelona NODVS, Junio 2015.
– Wedekind, Frank. El despertar de la primavera: Tragedia infantil, versión castellana de Pablo Peusner, Editorial Letra Viva, Bs. As., 2013